Sigo con mi historia…
Por entonces, había vuelto de Brasil y reflexionaba sobre mi nuevo rumbo profesional.
Después de varios años de exótica naturaleza y exuberancia artística, veía mi tierra como una piel de toro…
Deseaba escribir, pero también tenía que ganarme el pan … y no sabía compatibilizar la creación con lo alimenticio, la escritura me transportaba a otra galaxia donde no había cuenta que pagar
Una noche de verano, me encontré con Pedro en CASAICON.
¿Ya os he hablado de Pedro Mora?
Es un sevillano que conocí con 22 años en Nueva York, un gran artista habitado por un mundo fascinante que plasma en sus creaciones.
Y no soy la única que lo dice, la obra de Pedro está en los mejores museos y colecciones privadas del mundo.
Pedro es constante, nunca flojea en su vocación y tiene un lenguaje propio que no edulcora con modas pasajeras.
Vive en una casa mágica, salvada de la ruina y el olvido de la que ya te he hablado: CASAICON.
Pedro generosamente se entusiasmó por este proyecto y puso su sensibilidad y destreza, dibujando la lechuza.
No podría haber existido mejor lugar en el mundo para abrir los ojos de este pájaro viajero que esta fábrica de sueños.
Era el principio de una bonita ilusión.
Elena Vecino
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